La Industria Avícola Argentina se ha convertido en una de las más eficientes del mundo.

La incorporación y renovación permanente de tecnología y equipamiento sumado a la capacitación sistemática de sus profesionales, staff técnico y operarios, mantienen a la misma en un constante trabajo de superación por lograr la mejor calidad y la máxima seguridad en los alimentos que produce y entrega diariamente a los consumidores.

Los componentes del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), responsables del 83% de la producción de pollos de Argentina, son integraciones avícolas auditadas y habilitadas por el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria – SENASA.

Las buenas prácticas de manejo (BPM) se utilizan en todos los establecimientos que componen la cadena integrada de la crianza de pollos.

En la década del ´70 comenzó en el mundo entero, el desarrollo de la integración vertical como sistema de producción para la avicultura industrial, el hecho de ser la crianza de pollos una producción integrada verticalmente, ofrece una garantía especial al contar con la información y el seguimiento de todo el período de vida y procesado de los pollos. (TRAZABILIDAD).

Simultáneamente éste sistema de producción permitió enlazar y potenciar los 4 (cuatro) pilares básicas en que se apoya la industria: Genética – Alimentación – Sanidad – Equipamiento y Manejo.

La integración vertical avícola significa que cada empresa cría los reproductores, produce los huevos fértiles de donde nacen los pollitos que se criarán para su faena y venta. Produce el alimento balanceado para todas las edades y todos los tipos de aves (reproductores y parrilleros).

Traza y controla sus programas de bioseguridad, sanidad e inmunidad, como los de seguimientos en control de residuos, microorganismos patógenos y microbiológicos.

Desde 1996 la industria ha incorporado los programas de “Control y Análisis de Riesgos y Puntos Críticos.” (HACCPs).

Cada año son más las empresas que adhieren a este sistema de trabajo donde el compromiso por la calidad, la seguridad y la garantía del producto final involucra a toda la gente que trabaja en la empresa en forma personal y en equipo, con entrenamiento permanente.

Todas las integraciones tienen profesionales responsables de la sanidad(Dres. Veterinarios) de la formulación de alimentos (Dres. Veterinarios e Ing. Agrónomos especializados en nutrición) y de los controles de laboratorios sobre aves vivas, materias primas y producto final terminado (Dres. Veterinarios, Bioquímicos, Ing. en Alimentación, Bromatologos, etc.).

Sobre el producto pollo y sus partes se controla rutinariamente la ausencia de microorganismos patógenos como: Salmonellas ssp, Escherichia Coli ssp, Coliformes, Eterobacterias, Escherichia Coli 0157-H7, Estafilococos ssp, Hongos y Levaduras, Listeria, etc.

En forma diaria se chequea la calidad microbiológica, características organolépticas y vida útil que corroboran el correcto funcionamiento de los programas de control de Punto Críticos (HACCPs) y de las Buenas Prácticas de Manejo (BPM).

El SENASA en cumplimiento de las normas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y bajo la reglamentación del Codex Internacional, tiene en vigencia el plan CREHA sobre control de residuos.

Estos controles de calidad y residuos, son imprescindibles para respaldar las exportaciones y merece destacarse que no existe además, doble standard sanitario entre Argentina y los países más exigentes del mundo.

Este plan que cubre todos los productos comestibles de origen animal y vegetal, controla por muestras tomadas al azar y analizadas en laboratorios privados de la red SENASA, la existencia de residuos directos o indirectos que pudieran existir.

Por ejemplo: plaguicidas fosforados, plaguicidas clorados, piretriodes, antibióticos, sulfas, coccidiostáticos, anabólicos, metales pesados, etc.

Los resultados de los mismos se encuentran en el SENASA, responden a un plan y se modifican según disposición de organismos internacionales y el SENASA.

Pollo: un alimento confiable desde su origen, producido bajo estrictas normas de calidad con garantía de seguridad.

Verifique siempre la identificación del pollo, el productor responsable y el número oficial de habilitación del establecimiento por SENASA impreso en el envase o en la cucarda fijada en la piel.